Pirámide calle Alcazabilla
La Pirámide de calle Alcazabilla es Para mí la estampa más bonita de la ciudad. De hecho es una calle que cruzamos a diario en nuestros tours y debo decir que no me canso de parar en este punto y explicar dos de los monumentos más importantes de nuestra ciudad.
¿Sabrías decirme que monumentos son?
Teatro Romano y Alcazaba. Posiblemente una de las panorámicas más fotografiadas de la ciudad y es que no es para menos. En escasos metros podemos ver un teatro del siglo I y una fortaleza musulmana del siglo XI. Casi nada!!!
No son pocos los turistas que día a día cruzan esta calle y a la famosa pirámide de calle Alcazabilla pensando que se encuentran ante el museo Louvre de París. De hecho es un tema que suelo resolver en cada recorrido.
No amigos, no nos encontramos ante el museo parisino sino ante factorías de salazones de la época romana.
Una vez el teatro cae en abandono a finales del siglo III, se aprovecha toda la zona para las industrias de la época.
Concretamente piletas para la elaboración del Garum. Una salsa muy apreciada por los romanos que fue uno de los principales productos de exportación entre nuestra ciudad y la capital del imperio.
En estas piletas se introducía los desechos y vísceras del pescado junto a otra serie de elementos como sal, hierbas, especies, aceite, etc… Se dejaba fermentando al sol durante meses y posteriormente el líquido era extraído y filtrado para su consumo.
¿Para qué se utilizaba?
Básicamente para sazonar los alimentos, podríamos decir que era una salsa para condimentar los alimentos. Además de potenciador de sabor, también tuvo otras utilidades no culinarias. En la medicina se utilizaba como remedio a las úlceras, estreñimiento o diarrea crónica. Pero no solo eso, también se utilizó en cosmética como un remedio para eliminar pecas. Incluso se creía que tenía propiedades afrodisiacas.
En función de la zona costera se utilizaba uno u otro pescado, por lo general el pescado local.
En al zona Atlántica de Cádiz se utilizó mucho el atún. Se han encontrado muchos restos en la zona de Baelo Claudia (Tarifa) en cuanto a nuestra zona, se utilizó mucho las sardinas, boquerones, o jureles.
Y es que los romanos de tontos no tenían un pelo, sabían disfrutar de los manjares de nuestra tierra. Parece ser que el Garum elaborado en nuestras costas fue uno de los más apreciados por el imperio. ¿A quién no le gusta unas sardinitas?
Como podéis imaginar, las propiedades que tenía esta salsa eran muchas pero sobre todo una fuente rica en proteínas y aminoácidos.
Espero que hayáis disfrutado la lectura de este post sobre una de las tantas industria desarrolladas por el imperio romano.
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